Ammalur

La vida no se mide por las veces que respiramos, sino por los momentos que nos dejan sin aliento

lunes, diciembre 12, 2005

Melancolía

Hoy me siento melancólica, el padre de mi mejor amiga, se esta muriendo, no llegara a la navidad, o eso dicen los médicos y su lamentable estado somnoliento.
A lo largo de mi vida, han sido muchos los que me han dejado sin su compañía, han sido muchos los que me han arrebatado. De todos ellos siempre he intentado quedarme con algo bueno. Mi amigo, mi confesor……….de él siempre me quedaran sus ojos comprensivos mientras yo lloraba por absurdos amores adolescentes o por la incomprensión de una casa de locos. Él siempre me llevaba a pasear por la playa, me miraba y me decía: “todo tiene solución menos la muerte”, y tenia razón, aunque la vida te llene de maldad, te inunde en un pozo oscuro………..siempre tiene solución……..aunque no la veamos. De él me quedo con su optimismo, con su comprensión, su ternura, sus charlas, nuestros paseos por la playa, nuestro mundo……….y con sus abrazos . De él me queda su esencia. De mi tía, me quedé siempre con su diligencia, con las tardes en su casa mientras me enseñaba a cocinar, cuando aun no levantaba un palmo del suelo, cuando me enseñaba a hacer los ejercicios de matemáticas, cuando me llevaba a su colegio, o a pasear para enseñarme el mundo. Su optimismo, su vitalidad……….ella. Mi abuela, siempre me dejó en herencia su capacidad de luchadora nata. Lucho a lo largo de su vida por sobrevivir, por ser alguien, por sacar a sus hijos adelante con un marido muerto, sus ganas de vivir, eso es lo que me dejó. Sus tardes de risas, y su cariño latente.
Son muchas las personas de las que podría hablar aquí. Hoy me planteo con que me voy a quedar, han sido infinidad de veces las que me he quedado en esa casa, a cenar, a comer, o simplemente a alejarme de mi mundo. Han sido muchas las tardes que me han llevado a pasear. Muchas risas entre juegos de mesa y acampadas. Siempre recordare como pronunciaba mal mi nombre cada vez que llamaba, o iba, como siempre me miraba y me decía: “quédate a comer, mujer” a su manera era la forma en que transmitía cariño. Una persona que quizás no ha sido ejemplar, no ha sido un santo ni tan siquiera bueno quizás….pero, siempre ha estado allí a lo largo de toda mi vida, y ahora me será arrebatado.
De todos ellos me quedaran los atardeceres rojos, las lagrimas secadas por sus manos, los abrazos, el cariño…………la vida. Son pedacitos de mi que ya no están. Nunca se van a sustituir, nunca serán otros los que ocupen su lugar, nunca volverán esos días de sonrisas con ellos, nunca volverán a cuidar de mi…..nunca volverán esos pedacitos.
Pero yo seguiré quedándome con su esencia, para intentar que nunca se me olviden sus caras, sus lagrimas o sus sonrisas. Que nunca se me olviden las tardes de llantos y risas, que nunca se me olvide esa parte de mi vida. Ellos se fueron, y con ellos un pedacito de mi, y aunque se que no volverán hay días en que aun los siento cerca y cuidándome, una vez mas.